RECONCILIACIÓN

Penitencia

Este es el Sacramento en el que se perdonan los pecados cometidos después del Bautismo. Resulta en la reconciliación con Dios y la Iglesia. (Catecismo católico de EE. UU. para adultos, Glosario)

Información básica

El Sacramento de la Reconciliación (Confesión) se celebra dos veces por semana: los miércoles de 5 pm a 6 pm y los sábados de 9:30 am a 10:30 am, en los confesionarios ubicados dentro del santuario de la iglesia.


Los niños necesitan estar preparados a través de un proceso de Educación Religiosa/Formación de Fe (Catequesis) para poder celebrar su primera confesión. Comuníquese con uno de nuestros coordinadores de formación de fe para obtener más información. Hay un proceso de preparación de dos años y las clases siguen el año escolar, comenzando en septiembre y finalizando a finales de abril. Se invita a las familias a registrarse todos los años. Las inscripciones abren en Marzo.


Consulte las páginas de Formación de fe para obtener información más precisa.


Los adultos que deseen celebrar el Sacramento de la Primera Reconciliación (Confesión) deberán participar en el Rito del Proceso de Iniciación Cristiana. Comuníquese con Diane Maguire en inglés al dmaguire@saintlaw.org, y Cristina Corbin en español al ccorbin@saintlaw.org, o complete el formulario de información de RICA.


Hay cuatro pasos en el Sacramento de la Reconciliación:

 

  1. Sentimos contrición por nuestros pecados y una conversión de corazón para cambiar nuestros caminos.
  2. Confesamos nuestros pecados y nuestra pecaminosidad humana a un sacerdote.
  3. Recibimos y aceptamos el perdón (absolución) y somos absueltos de nuestros pecados.
  4. Celebramos el amor eterno de Dios por nosotros y nos comprometemos a vivir una vida cristiana.

 

El pecado daña nuestra relación con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Como dice el Catecismo:

El pecador hiere el honor y el amor de Dios, su propia dignidad humana... y el bienestar espiritual de la Iglesia, de la que cada cristiano debe ser piedra viva. A los ojos de la fe ningún mal es más grave que el pecado y nada tiene peores consecuencias para los propios pecadores, para la Iglesia y para el mundo entero. (CIC 1487, 1488)

Una comprensión madura del pecado incluye reflexionar sobre nuestros pensamientos, acciones y omisiones, así como examinar los patrones de pecado que pueden surgir en nuestras vidas. Con corazones contritos, también estamos llamados a reflexionar sobre los efectos de nuestros pecados en la comunidad en general y cómo podríamos participar en sistemas pecaminosos.


La contrición y la conversión nos llevan a buscar el perdón de nuestros pecados para reparar las relaciones dañadas con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Creemos que sólo los sacerdotes ordenados tienen la facultad de absolver los pecados de la autoridad de la Iglesia en el nombre de Jesucristo (CIC 1495). Nuestros pecados son perdonados por Dios, a través del sacerdote.


Los efectos espirituales de los Sacramentos de la Reconciliación incluyen:

 

  • reconciliación con Dios por la cual el penitente recupera la gracia
  • reconciliación con la Iglesia
  • remisión del castigo eterno incurrido por los pecados mortales
  • remisión, al menos en parte, de las penas temporales resultantes del pecado
  • paz y serenidad de conciencia, y consuelo espiritual
  • un aumento de la fuerza espiritual para la batalla cristiana (CIC 1496)

 

La confesión individual con un sacerdote es el principal medio de absolución y reconciliación de los pecados graves dentro de la Iglesia. El Sacramento de la Reconciliación nos libera de patrones de comportamiento pecaminosos y nos llama a una conversión completa a Cristo. La reconciliación sana nuestros pecados y repara nuestras relaciones.

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