CONFIRMACIÓN

Confirmación

Porque sobre él el Padre, Dios, ha puesto su sello. (Juan 6:27)

Información básica

Los adolescentes necesitan estar preparados a través de un proceso de educación religiosa/formación de fe. Comuníquese con Nicolaus Schmitz, Ministro de la Pastoral Juvenil y Coordinador de Confirmación, para obtener más información. Hay un proceso de preparación de dos años y las clases siguen el año escolar, comenzando en septiembre y finalizando a finales de abril. Se invita a las familias a registrarse todos los años. Las inscripciones abren en Marzo.


Los adultos que deseen celebrar el Sacramento de la Confirmación deberán participar en el Rito del Proceso de Iniciación Cristiana. Comuníquese con Diane Maguire en inglés al dmaguire@saintlaw.org, y Cristina Corbin en español al ccorbin@saintlaw.org, o complete el formulario de Información de RICA.


En la confirmación recibimos los dones del Espíritu Santo y confirmamos nuestras promesas bautismales. Se confiere una mayor conciencia de la gracia del Espíritu Santo mediante la unción del aceite crismal y la imposición de manos por parte del Obispo.

La confirmación perfecciona la gracia bautismal; es el sacramento que da el Espíritu Santo para arraigarnos más profundamente en la filiación divina, incorporarnos más firmemente a Cristo, fortalecer nuestro vínculo con la Iglesia, asociarnos más estrechamente a su misión y ayudarnos a dar testimonio de la La fe cristiana en palabras acompañadas de hechos. (CIC 1316)

A través del Sacramento de la Confirmación renovamos nuestras promesas bautismales y nos comprometemos a vivir una vida de madurez en la fe cristiana. Como leemos en Lumen Gentium (la Constitución Dogmática de la Iglesia) del Concilio Vaticano II:

Vinculados más íntimamente a la Iglesia por el sacramento de la confirmación, [los bautizados] son dotados por el Espíritu Santo de una fuerza especial; de ahí que estén más estrictamente obligados a difundir y defender la fe tanto de palabra como de obra como verdaderos testigos de Cristo. (n° 11)

Fundamento Bíblico para la Confirmación

En los Hechos de los Apóstoles leemos sobre la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Si bien el bautismo es el sacramento de una vida nueva, la confirmación da origen a esa vida. El bautismo nos inicia en la Iglesia y nos nombra hijos de Dios, mientras que la confirmación nos llama como hijos de Dios y nos une más plenamente a la misión mesiánica activa de Cristo en el mundo.


Después de recibir el poder del Espíritu Santo en Pentecostés, los Apóstoles salieron y confirmaron a otros, mostrando que la confirmación era un sacramento individual y separado: Pedro y Juan en Samaria (Hechos 8:5-6, 14-17) y Pablo en Éfeso. (Hechos 19:5-6). También el Espíritu Santo descendió sobre judíos y gentiles en Cesarea, antes de sus bautismos. Pedro, reconociendo esto como una confirmación del Espíritu Santo, ordenó que fueran bautizados (cf. Hechos 10,47).

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